En pos de la verdad la historia se vuelve mitología.
En pos de la verdad la historia se vuelve mitología.
Todos los escritos históricos, en sí propiamente narrativos, se funden y se tornan ficción: Babilonia, Hitler, el rey Arturo o Isabel La Católica.
Escritos con la misma tinta, o fotoimpresos en vuestro monitor, entran a sumar en el imaginario colectivo.
No es mi tarea cuestionar o reflexionar sobre las consecuencias de este hecho, ni formular valoraciones. Debemos preguntarnos como sucede y aportaremos cierta luz sobre nuestras formas de razonamiento ético y político.
El tiempo borra las huellas, entierra a los supervivientes y los que quedamos esribimos y A-prendemos el pasado. No toda la información puede sobrevivir al trasvase. Una parte es escogida, subrayada y magnificada. La otra es arrinconada y empolvada por considerarse irrelevante o contradictoria con el discurso necesariamente coherente que queremos formular.
Decía que A-prendemos.
Si, aprendemos, pero tambien prendemos (asir, agarrar, sujetar algo).Cojemos la verdad a puñados, la que podemos abarcar, y sin pretenderlo adquiere la forma de nuestra propias manos. Influimos sobre sus futuras lecturas. De la misma forma que el refinamiento de la ciencia de la historia del arte ha moldeado el arte contemporaneo.
Si la historia se convertida en mitología, la pretendidad verdad con carencia multidimensionales, se vuelte moraleja. Y el hecho palpable es que leamos la Guerra Civil como un cuento de los hermanos Grimm -buenos y malos- y no como un cúmulo de sucesos y causas entrelazadas.
No es malo, es humano, esta es su naturaleza. No necesitamos atacarla. Solo ser conscientes de su naturaleza. Y quizás algo en el futuro vaya mejor.
Todos los escritos históricos, en sí propiamente narrativos, se funden y se tornan ficción: Babilonia, Hitler, el rey Arturo o Isabel La Católica.
Escritos con la misma tinta, o fotoimpresos en vuestro monitor, entran a sumar en el imaginario colectivo.
No es mi tarea cuestionar o reflexionar sobre las consecuencias de este hecho, ni formular valoraciones. Debemos preguntarnos como sucede y aportaremos cierta luz sobre nuestras formas de razonamiento ético y político.
El tiempo borra las huellas, entierra a los supervivientes y los que quedamos esribimos y A-prendemos el pasado. No toda la información puede sobrevivir al trasvase. Una parte es escogida, subrayada y magnificada. La otra es arrinconada y empolvada por considerarse irrelevante o contradictoria con el discurso necesariamente coherente que queremos formular.
Decía que A-prendemos.
Si, aprendemos, pero tambien prendemos (asir, agarrar, sujetar algo).Cojemos la verdad a puñados, la que podemos abarcar, y sin pretenderlo adquiere la forma de nuestra propias manos. Influimos sobre sus futuras lecturas. De la misma forma que el refinamiento de la ciencia de la historia del arte ha moldeado el arte contemporaneo.
Si la historia se convertida en mitología, la pretendidad verdad con carencia multidimensionales, se vuelte moraleja. Y el hecho palpable es que leamos la Guerra Civil como un cuento de los hermanos Grimm -buenos y malos- y no como un cúmulo de sucesos y causas entrelazadas.
No es malo, es humano, esta es su naturaleza. No necesitamos atacarla. Solo ser conscientes de su naturaleza. Y quizás algo en el futuro vaya mejor.
